A mi compañera de siempre
Caminaba muy apurado
felicidad por descubrir
hablaba con todo el mundo,
nadie me iba a herir.
Veía belleza en todas partes
caminos
donde no los habían
dibujaba
sonrisas si
había tristeza y melancolía
Mis ojos se hacían grandes
Cuando mi mundo mostraba
Los adultos maravillaban
tanta inocencia derramada
Un día La conocí,
Y sus concejos seguí
No mostrar todo mi ser
mi mundo empecé a esconder
Mis pies dejaron de bailar
mis manos de saludar
Mis canciones se callaron
mis dedos no tocaron más.
Ella me siguió cuidando
Durante años, la escuché
Con el dolor de su verdad
Me fui apagando cada vez.
Desobediente algunas veces
otras veces te acepté
Caminamos a diario juntos
Debes en cuando te escucharé
Me salvaste de algunos llantos
Y demasiado me encerré
Me enoja quererte tanto…
Vergüenza mía…